domingo, 11 de octubre de 2009

Mi confrontación con la docencia

Hice la licenciatura en Lingüística Aplicada en la Universidad Autónoma de Tlaxcala, al finalizar el sexto semestre, teníamos que elegir entre dos especializaciones como era docencia o traducción, elegí docencia porque siempre me había llamado la atención ser maestra. Durante mis estudios en la educación básica hubo maestros y maestras que dejaron huella. Es decir por su manera de enseñar, la manera de impartir las clases. Su entrega en el aula. Su esmero porque nosotros aprendiéramos. Como manejaban el grupo numeroso de niños y niñas inquietos, traviesos y juguetones. Al cursar el bachillerato en el CBTis 3 de Tlaxcala, Tlax., Me percate que algunos de los maestros y maestras se preocupaban porque nuestra educación fuera completa. Me llamo la atención la manera de impartir las clases, de controlar el grupo. A mis maestros que tuve en ese entonces algunos dejaron huella en mi. Les doy las gracias.
Elegí docencia porque me gusta impartir clases, es interesante convivir día a día con los estudiantes, en el aula. Estoy en un proceso de enseñanza aprendizaje, porque como docente no dejo de aprender, al contrario siempre me tengo que estar preparando, para hacer frente a las nuevas necesidades que se van presentando con el paso de los años. No sólo ellos aprenden sino también nosotros aprendemos de ellos, sobre música, pasatiempos, la información que hay en la web, es un intercambio de conocimiento que realizamos al diario entre nuestros alumnos y nosotros como docentes.
De antemano se que mi compromiso es muy grande con la docencia, porque estoy contribuyendo en la formación de las futuras generaciones que van a contribuir al desarrollo del país. Estamos inmersos en una escuela, conviviendo con ellos y ellas diariamente, haciendo frente a las situaciones que se van presentando día a día. Disfruto mi actividad educativa en la formación educativa de mis alumnos y alumnas del COBAT.

No solo es llegar y dar clases, también es entablar diálogo con ellos, es conocer sus expectativas, sus planes, es comunicarse con ellos, romper esa barrera de tu eres el alumno y yo el maestro. Estamos conviviendo con seres humanos en este caso adolescentes entre 15 y 18 años que tienen diversas situaciones en su diario vivir.

1 comentario:

  1. Saludos
    Al igual que tu también creo que la docencia no es nada mas dar clases si no que es necesaria una empatía con los alumnos porque de esta manera sus rendimiento aumentara, recuerdo mi experencia con mis maestros y puedo decir que ese maestro autoritario que no se sabía ni mi nombre en un grupo de 20, realmente no alentaba el aprendizaje.
    Hasta pronto

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